Hoy me cuesta levantarme de la cama, los recuerdos son la razón.
21 años no son suficientes, hace años que lo dije, aún lo
sostengo. Es irónico, estoy cerca de cumplir mis 21 y no estarás presente. Me estoy
acostumbrando, todavía no es suficiente y nunca lo será, tengo que vivir con ello. Sigo aprendiendo.
Han pasado 5 años, ¿puedes creerlo? yo no me lo creo. Es
escalofriante cuando te tengo en mis sueños y al despertar ya no estás. Todas
las noches que apareces en ellos lucho para no despertar, sin lograrlo. Me
cuesta dejarte ir. Contigo siempre fui tan egoísta.
Aún conservo todo lo que me diste, y no me refiero nada
material, hablo de las sonrisas, las verdades, los “te quiero”, el tiempo,
sobre todo el tiempo, nuestro tiempo, nuestro.
Sigo viendo la misma foto, tuya,
la única que me dejaste, esa que guardo en ese especial cajón de recuerdos y
que de a veces saco para revivir esos momentos. Ahora lo hago sin miedo, me das
fuerza.
Nunca creí en los ángeles, hasta que te convertiste en uno, y
vaya ángel, el más precioso de todos.
Formaste parte de mi vida y me permitiste formar parte de la
tuya, a tu manera, sin peros, sin condiciones y te abrí tantas puertas que
siempre estuvieron cerradas. No tuve el valor de escribirte todo esto a su tiempo,
pero bien sabes que cuando ciertas fechas se encuentran sobre mi soy totalmente
vulnerable.
He escuchado tantas veces esa canción que nos encantaba
escuchar juntos, y me siento en el suelo a recrearlo todo a ojos cerrados y
gritos silenciosos. Sólo te extraño, es todo. Tu imagen y el sonido de tu voz
no se han distorsionado con el tiempo, no lo harán, sé que no.
Siempre fuiste y serás mi héroe, mi chico fuerte, valiente y
mi ángel guardián. Siempre te voy a extrañar de la misma manera, no sabes
cuanta falta me haces.
Extraño tu voz, cuando reías, las tonterías, esa sonrisa que
alegra hasta el día más triste, los “te extraño”, incluso cuando me hacías
molestar. Tanto.
Cada que te escribo o pienso no puedo evitar las fugas, creo
que no tengo remedio, tú lo eras y no hay prescripción que te regrese. Cuando
se trata de ti toco fondo y luego vuelvo, sigue doliendo, pero vuelvo un poco más
fuerte, y te lo agradezco, te agradezco tanto, porque eres de esas personas que
no te pasan dos veces en la vida.
Nunca he sido capaz de escribirte en esos días, porque duele,
pero dejará de doler, un día te recordaré sin lágrimas, sin sentimientos
ahogados, sin canciones tristes… Te recordaré con la misma sonrisa con la que
me veías, la que olvidé con el pasar de tu ausencia, lo prometo.
“Sonrisa, así me encanta, una gran sonrisa siempre…” Siempre
que estabas, pero vuelvo a ser yo cada día, aceptando que ya no estás en
físico, aunque siempre conmigo.
Te di lo mejor de mí, arriesgándome, y valió cada “nosotros”,
gracias, por estar, ser y dejarme permanecer en tu vida hasta lo último. Y
hasta lo último estarás en ese lugar en mí que siempre será solo tuyo.
Te amo, hoy y siempre.