domingo, 2 de diciembre de 2012

Mantente fuerte.

No trates de suprimir las emociones, solo cámbialas.
Mantente fuerte cuando escuches un no, en lugar de un si. 
Cuando recibas la mano en lugar de un beso. 
Cuando recibas una palma en la espalda y no un abrazo. Mantente fuerte. 
Es doloroso esperar tanto de alguien y darte cuenta que esa persona de la cual tu esperabas todo, no te da nada. 
Hay veces en las que una simple sonrisa de alguien especial te ayuda más que un abrazo de cualquier otro.
No intentes buscar el porque de las situaciones, al contrario vive la situación aunque no sepas el porque.
No busques excusas para salir, sal y busca una excusa para regresar tarde.
No intentes ver las estrellas sin antes no haber visto una puesta de sol.
Lo más importante, no des amistad en lugar de amor.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Estos últimos días me han hecho darme cuenta de algo…


Al final del día, sólo somos personas detrás de la pantalla del ordenador, y aunque no se den cuenta todos estamos luchando batallas diferentes, cada uno de nosotros solo. Ese es el problema, mucha gente solía escribir sobre su vida con el temor de ser llamado buscador de atención o con el temor de ser juzgado, no tienes ni idea de lo mucho que me enfurece, la sociedad está tan jodida. La cosa es que yo no quiero que nadie luche su batalla solo, hay gente ahí fuera que te puede ayudar, te lo prometo. Ahora, yo no soy un terapeuta, pero como dice el viejo refrán "un problema compartido es un problema reducido a la mitad". Así que este es mi mensaje para ti. Usted no está solo. No estoy aquí para juzgar, yo estoy aquí para ayudar, no importa lo que pase. Te prometo que eres fuerte.


30 Nov.

martes, 20 de noviembre de 2012

Cada tropezón no es caída y siempre podré levantarme aunque cueste.


Muchas veces, pensamos que hay errores de nosotros mismos que no se pueden resolver,
Muchas veces nos damos por vencidos sin intentarlo dos veces, sabiendo que la segunda vez puede salir mucho mejor. Nosotros mismos podemos dar vuelta a la página y empezar de nuevo.
La vida, nos pone pruebas que debemos superar al pasar el tiempo, todos nosotros tenemos un destino marcado, por lo cual cada paso que damos. Nos enseña un poco más, y cada tropezón que tengamos, nunca sería una caída. Porque de tantas veces que habremos caído, ya sabremos como levantarnos y seguir adelante, Hay pruebas que nos pone la vida que quizás resulten un poco más difíciles que otras y lleguemos a decirnos a nosotros mismos:-''No puedo'' sabiendo muy bien que no es así, cada uno crea su propia realidad y manera de ver la vida, mi manera es está.
Que cada tropezón no es caída y siempre podré levantarme aunque cueste.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Sonrisas para extraños.


Increíble como un completo extraño te puede sacar una sonrisa sin conocerte, sin saber que estás ahí, escuchando sus palabras.
Increíble cómo te hace recordar, como te deja pensando y multiplica cada pensamiento, con tan solo tres minutos de tu tiempo, produce tantas sensaciones, emociones y sentimientos.
Esas pequeñas cosas que quedan, esas frases, esas palabras que marcan y te hacen recordar y volver a vivir esos momentos en tu mente, tan reales como antes.
Inspirado por una melodía que te eleva, y sumerge en profundos pensamientos.
En este momento me doy cuenta de lo increíble que es la música.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una carta que jamás enviaré.


Sé que ésta carta nunca la enviaré, que jamás llegarás a leerla, aún así me he callado tantas cosas desde el día que te conocí, que necesito decirlas, aunque sea sólo a mí.
Cuando nos conocimos me pareciste un chico sincero, simpático, cariñoso y muchas cosas más. Me gustaba hablar contigo, me gustaba saber y sentir que formabas parte de mi vida, que estabas ahí, que podía contar contigo. Realmente llegué a tenerte mucho cariño, a esperar tus textos cada mañana al despertar, a sonreír escuchando tu voz al otro lado del teléfono. Y un buen día sin darme cuenta cambiaste. No lo entendía, busqué mil motivos, sin encontrarlos jamás. Y quizás ahí debí darme cuenta que la persona que había conocido por casualidad no era real, que la persona que ahora se mostraba distante, fría y sin sentimientos era el verdadero tú. Aún así habías calado hondo y me empeñe en justificarte, en creer ciegamente en ti. Y te fuiste, sin más. Sin decir adiós, sin una explicación. Me sentí vacía, me sentí decepcionada, engañada, utilizada. Nunca llegarás a saber cuánto lloré, ni como me sentí. Cuando el dolor empezaba a pasar, apareciste de nuevo. Sin previo aviso, con explicaciones absurdas, con excusas sin sentido. Y aunque tardé al final de nuevo me dejé enredar, y una vez más quise creerte, quise perdonarte, quise olvidar el dolor. De nuevo palabras bonitas, de nuevo promesas que nunca se cumplían. Pero eres tú, tú eres así. Tú eres esa persona que acudía a mi cuando se sentía solo, cuando necesitaba cariño, cuando necesitaba consuelo. Y que en cuanto tenía lo que quería y se sentía un poco mejor se olvidaba de todo. Tú eres esa persona que nunca se esfuerza en hacer que quien tiene cerca se encuentre bien, en demostrarle que realmente es importante, tú eres esa persona que dice mil cosas y luego nunca las hace, esa persona que sabía lo que decir para calmar mis enfados, que prometía cosas que jamás cumplía, esa persona que cuando quiere desaparece, que nunca pone de su parte, que jamás quiere escuchar lo que no le gusta, que solo quiere a los demás cerca cuando están bien y contentos, y le pueden transmitir esa alegría. Tú eres ese niño egoísta que solo piensa en sí mismo, que cuando se relaciona con alguien solo quiere lo bueno, esa persona que siempre falla en los momentos duros. Ese que siempre quiere tener lo que desea y lo que necesita en cada momento pero que jamás se preocupa de lo que necesitan los demás. Ese que dice siempre lo que quiere escuchar, pero jamás de corazón. Y ya no te conozco. No sé si alguna vez te llegué a conocer, pero lo que veo no me gusta. Me he cansado de estar ahí, de ser como un taxi de guardia siempre para cuando tú me necesites. He estado ahí y nunca lo has valorado, ¿Por qué iba eso a cambiar? . Hoy sé que nunca cambiaría, hoy se que por fin he visto a tu verdadero tú. Se me ha caído la venda de los ojos, por fin te he visto sin tu mascara. Y tú dices que yo te hago daño, dices que yo soy cruel cuando me enfado,. Sin contásemos las lágrimas que he vertido por tu culpa, no acabaríamos nunca. No tienes criterio, y te enfadas, te enfadas porque sabes que tengo razón, te enfadas porque la tonta ya no estará más para darte la mano cuando lo necesites. Hoy me doy cuenta de que he perdido parte de mi vida, de que he perdido momentos, horas… Hoy me doy cuenta de que el mismo día que te conocí empecé a perder el tiempo, empecé a dar en balde. Espero que algún día cambies, pero no por mí, porque si algo está claro es que nunca más voy a estar ahí para ti, sino por ti mismo, porque te vas a sentir inmensamente sólo si no aprendes que en las relaciones (de todo tipo, no solo de pareja) hay que dar para recibir, hay que poner de ti parte, hay que esforzarse, hay que cuidar a las personas. Cuando algo o alguien te hace sentir bien, hay que alimentarlo para que nunca deje de hacerlo. Cuando tienes que aprender, tú qué crees estar por encima de todos, tú que tantas veces te has quejado de que te han hecho daño, tú que tantas veces has mostrado tu cara más tierna por interés, tú que en realidad tienes el corazón tan duro. Te queda mucho camino por recorrer, y muchos golpes por darte, porque a la gente hay que cuidarla, hay que tratarla bien, y sobre todo hay que aprender a escuchar cuando te dicen algo, para saber que es verdad y que cosas son las que uno debe corregir. Dejé de pedir, y tú dejaste sin más de dar. Dejé de esperar, y tú te acomodaste a que fuera así. Y hoy, sin más, de ti no espero nada, hoy te veo vacío, hoy te veo completamente distinto. Hoy te miro, y sólo siento decepción. Hoy por primera vez no me duele que no estés, que no vayas a estar nunca más, quizás porque me he dado cuenta de que realmente nunca has estado. Y aunque sé que notaré tu ausencia algunas veces, también se que no será a ti a quien extrañe, sino a aquel chico que algún día conocí, el que me hacía sonreír, con el que resultaba sencillo hablar, ese chico que desapareció ante mis ojos  sin yo poder hacer nada para remediarlo.

PD: Parezca lo que parezca, no es una carta escrita con rencor, sino con decepción y con la necesidad de sacar de dentro muchas cosas que he callado. Algunas sé que debo aplicármelas también yo.   

                                                                                                                         Buena suerte en tu camino.